Un candado, así se definirá a Alianza Lima en su campeonato número 24 de su historia. El conjunto de Carlos Bustos puede que no coma desde el primer minuto de juego, pero sabe de tiempos y del manejo de partido, que más allá de la superioridad de Sporting Cristal en los 90 minutos de juego, supo cómo contrarrestar el juego en el segundo tiempo y detener una ola de ataques, de un equipo cervecero que necesita de un ‘9′ para el gol para el próximo año.
Las finales no siempre son un monólogo ni tampoco un espectáculo de goles, pero lo que sí demuestra es el sello de un equipo: a lo largo de los dos tiempos, cada equipo mostró su identikit en el Estadio Nacional: Cristal tiene la posesión, genera, pero no define, mientras que Alianza contraataca y, sobre todo, mantiene el cero en el arco. ¿Méritos? La seguridad que brinda Ángelo Campos, el fortín que generan los tres zagueros íntimos y la jaula de pájaro que hay sobre el área, siendo puro méritos del DT argentino y de sus dirigidos al entender su idea.
Alianza Lima es el nuevo campeón del fútbol peruano, lo celebran millones de hinchas tras un año incertidumbre para ellos y todo es mérito del buen manejo desde todas sus áreas. En La Victoria hay motivos para festejar, especialmente cuando se armaba un equipo para pelear en Segunda División y alcanzó para llevarse el campeonato de la Liga 1. Todo un premio.